viernes, 7 de septiembre de 2012

Capitulo 21 "Exhumación"

-¡Cavad cavad, malditos!-aquella cavernosa voz proveniente de la bestia de ébano cortaba el silencio de la noche.

Mientras porciones de tierra volaban hacia al aire abandonando su vertical posición.


-Pero señor, ¿porque no hemos acabado con esos malnacidos cuando hemos llegado?.

-¡Maldito idiota! Cuando subas aquí cogeré tu enclenque gaznate bebedor de ron y me haré un catalejo con el.

El afectado trago saliva y callo mientras aceleraba su trabajo. Pasados unos instantes algo apareció en la fosa lo bastante interesante para que el hombre volviese hablar.

-Señor, aquí tenemos algo.

El giganton asomo su cuerpo al abismo.

-¿Hace falta que te pregunte?¿O me vas a mantener en ascuas hasta que tu cerebro decida funcionar?

-Esta boca abajo. Espero que le de la vuelta.

Un segundo después el misterio era desvelado.

-Por los pechos de Sorley...

-No seas maleducado. Un poco de respeto a los difuntos.

Acerco una pequeña luz al fardo desenterrado.

-Es una mujer con un vestido de tabernera.

El jefe indico un gesto con su mano y al instante dos mandados bajaron para subir el cuerpo. Al levantarlo se dieron cuenta de un horrible hecho.

-¡Dios Santo! No tiene cara... Se la han arrancado. ¿Quien es capaz de hacer algo tan mezquino a una mujer?

El de arriba permanecía impasible sabiendo la respuesta. Sabia que iba por buen camino.

-¡Esperad aquí hay otro!

-¡Pues claro, ese es el que nos interesa!

Finalmente lograron sacar el segundo cuerpo del agujero. Y lo dejaron con cuidado en un carromato. Mientras la malograda mujer era engullida de nuevo por el oscuro nicho para su descanso eterno.

Todos se acomodaron en el desvencijado vehículo y con la complicidad de la noche fueron alejándose del lugar.

-¿Es posible que este hombre este vivo? ¿Y porque lo enterrarían?

Un cuchillo rasgo la garganta del curioso ante su sorpresa. El titan se levanto y propino una patada que lanzo a su víctima a la cuneta. Después se sentó y miro a los demás.

-¿Alguna pregunta mas?

Los aludidos se miraron silenciosos y después al jefe. Mostraron su mas absoluta indiferencia y volvieron a mirar al suelo sumisos. Nada les importaba mas que sus vidas. Para ellos aquella noche nunca había existido. Fueron acercándose al puerto y llegaron al punto mas lejano donde una imponente galeón esperaba su momento para hacerse a la mar.

Por fin alcanzaron la entrada del barco donde una rampa esperaba su ansiada carga.

No tuvieron tiempo apenas de aligerar el carro cuando un hombre con una inusitada urgencia se situó apenas sin resuello a su lado. Preocupado miro a la negra montaña directamente a la cara intentando hallar una respuesta sin palabras. Una cara impasible le devolvía la mirada. Ante la ausencia de una resolucion satisfactoria pregunto:

-¿Que tal esta mi hijo?

Continuara...