lunes, 30 de marzo de 2009

Capitulo 9 " Taberna"

El Gato Negro era un tugurio. Si alguien muriese sin visitar este antro puedo asegurar que no se habría perdido nada. Pero tras su humo denso y sus grasienta barra existia un hogar para esos parroquianos anodinos y ausentes sin un lugar donde ir. Deshechos mezquinos de la vida. Urdiendo fracasados planes para abandonar la ultima categoría del ser humano. Pero sin embargo. Dentro de este grupo de pillos, truhanes y desarrapados me siento a gusto. Estoy con los mios. Todos defendemos nuestro anonimato y nadie quiere saber de su vecino si no existe un interés por medio o mas claramente dinero. Sin ese lenguaje universal en este microuniverso no existes y eso es una gran ventaja. Huelga decir que había un par de razones por las que era un asiduo de este comercio y no de otros. La tabernera cuyo nombre siempre olvidaba incluso en nuestros escarceos y encuentros mas fogosos donde me ofrecía una comida bastante decente. Aunque yo siempre lo ponía en duda cuando entraba por la puerta para irritar a la mesonera.
-Ponme un buen trago y no esa agua obscura que sueles vender como vino a tus clientes.
A lo que la viperina lengua soltaba por esa boca tales fruslerías que yo mismo tomaba nota.
-Vaya, tenemos un señor entre nosotros. Veo que su actividad mercantil le permite conocer el brillo del dinero y el rostro de nuestro amado monarca en sus monedas.
Hubiéramos seguido nuestra animada conversación sino fuera porque dos tipos entraron por la puerta. Nada extraño ya que según creo tanto las puertas como los establecimientos nacieron para ello. Pero dos soldados del rey no es lo que uno esta acostumbrado a ver todos los dias en lugares de esta clase.
-¿Amigos tuyos?-pregunte absorto, a lo que rápidamente volví a mis chasquarrilos. Tenia que mantener una reputación.-Este sitio ha perdido calidad. Fíjate ahora dejan entrar a cualquiera.
-¿Es una afirmacion o una confesión?-dijo la lozana mesera.
-Ambas. Este sitio tiene mucho de ti. Cuando entraba era divertido ahora es como una plaza publica en un día de mercado, entra cualquiera.
Una sonora bofetada femenina se estrello en mi cara.
-Touche.-acerté a decir.
Los dos tipos se me acercaron. Muy seguros de si mismos. Una actitud que debía ser un mal endémico de estos días ya que ultimamente se me hacia muy familiar.
Una de aquellas bocas pagadas y narcisistas trono al lado de mi oreja.
-Los señores Portos y Aramis le invitan a un vino.
-Vaya, mirales parecen nombres sacados de un folletín de un pésimo escritor. Que les hace pensar que quiero compartir mi exquisita presencia con unos vulgares llevaespadas.
Sin apenas contenerme tire un vino delante de ellos.
-Espero que sepáis usar eso que lleváis colgando de vuestra cintura, pavos reales. Naturalmente me refiero al acero. Si pensaban otra cosa, no deseo saberlo. Aunque la respuesta es harto evidente.
En un periquete sacaron sus armas y uno de ellos acertó a hablar.
-Creo que mientras esperamos a Dumas podemos ir calentando los brazos.
-Dumas? Has dicho Dumas?

continuara...

Capitulo 8 "Dia Gris"

Mientras me dirigía ufano a la mejor taberna de los pordioseros. En otro punto de la ciudad el destino entretejía con afán su particular tapiz. Tapiz en el cual yo era una importante pieza a pesar de mi ignorancia de su protagonismo en el particular brete que iba creciendo. Mas concretamente en el barrio llamado Hospitalario. Allí la zona mas religiosa de la ciudad esta el palacio episcopal donde vive un siniestro personaje. Temor y azote del clero. El enigmático y misterioso Cardenal Gris siempre lleva una mascara, mejor dicho tiene una colección de mascaras. Su identidad es un enigma. Además de porque esconde su rostro. Unos dicen que tiene el rostro destrozado, otros por su seguridad ya que oculta un secreto de su pasado. Se rumorea que quienes llegaron a saber su nombre no vivieron mucho. Entre sus extrañas aficiones se encuentra es la de guardar las caras de sus enemigos y disecarlas para digamos su sala especial. Mientras tanto un hombre cansado y exhausto llega a la puerta de la residencia. Dando enormes golpes como clamando su presencia. De repente una pequeña mirilla se abre y dos ojos escudriñan al penitente.
-Alea Jacta Est.-dijo el hombre
-Caesar.-respondió el dueño de los ojos al otro lado.
El hombre abrió el portón y dio paso al recién llegado mientras decía:
-En el jardín os espera. Como siempre en su tienda.
El informado a grandes pasos se acerca al patio interior del edificio. Una enorme tienda esta instalada para seguridad del religioso. Entro dubitativo al ver los enormes guardas que flanqueaban la instalación. Pero su intento fue vano cuando uno de ellos lo paro en seco. Mientras el otro entraba en la tienda e informa al morador.
-Su espía le espera, Excelencia
-Que entre.-dijo el cardenal impertérrito
-Si, Excelencia.
Mientras el cardenal cerraba un armario con varias mascaras el espía hablo:
-Buenos días, Cardenal. ¿Cómo dejáis que entre vuestra guardia sin mas? ¿no
teme que os descubran vuestro rostro?
- No hay problema, son ciegos. La verdad si fuese necesario serian
mudos y sordos pero serian malos defensores de mi persona. Me gusta tu disfraz de comerciante. Pero no seáis tímido, contadme.
-Ciegos???
- Si queréis medir vuestro acero con ellos, no hay ningún problema.
- No, no dudo de su eficacia.
-¿ no creo que hayas venido a hablar de mi seguridad?
-Lo siento excelencia. Fue un desastre. Nuestra trampa preparada meticulosamente no funciono. Un extraño desbarato todo y no pudimos conseguir nuestro objetivo. No se quien era, un vagabundo o un soldado sin fortuna. Luchaba bien y tenia arrestos. Bribón y muy hablador.
-Mmm... Pienso en alguien que se ajusta a esa descripción y si es así puede ser un problema. Deshaceos de esa disfraz de comerciante y descansad, tengo que pensar una nueva estratagema con ese factor. En breve os haré llamar para solucionar este asunto.
-Pero señor... era solo un vagabundo, era...
-Callad, insensato. Ese hombre no es un cualquiera, es como una piedra en un zapato. Pequeño pero muy molesto. Dejadme solo, maldito necio.
-Si, Excelencia.
Mientras marchaba por un instante me pareció ver algo parecido al temor en sus ojos. Pero al momento descarte esa posibilidad. El cardenal no conocía esa sensacion.

Continuara...

domingo, 22 de marzo de 2009

Capitulo 7 "Justo Pago"

Con paso tranquilo tome aire. Respire y vi que la estatua de sal seguía en el mismo sitio que la había dejado tiritando. Paladee el aire. Notaba que seguía en pie y mis pulmones tomaban el néctar de la vida. Me acerque al inamovible. Ahí estaba el principio y el final. El alfa y el omega de toda esta situación. Desde un principio expuse mis razones mientras olia el peso de sus monedas. Esas monedas que esperaban caer en mi bolsa.
-Gracias por su arrojo.-dijo el tipo.
-Perdón, caballero. Yo, con la gracias no como.
-¿Como dice?.-contesto insinuando ira en su colorado rostro.
-Espero una gratificacion. He puesto mi espada y mi vida a su servicio para salvar su pescuezo y vengo a recibir el justo pago. O prefiere que me pase al otro bando y le deje la bolsa tan limpia como su "honestidad".
Cuando ya daba todo por hecho el tipo tuvo un acceso de valentía y decidió marcarse un farol.
-No he reclamado, ni he pedido su ayuda. Y siempre he pensado que lo hacia por un animo desinteresado y altruista. Al menos denotaba que sus principios es ayudar a sus semejantes como buen samaritano. Puede llamar a los corchetes y decir que me están robando.¿ Quien perdería mas?. Un acaudalado y noble comerciante sin tacha a los ojos de todos o un rufian desarrapado que acabara con sus huesos en algún siniestro calabozo.
Naturalmente el no sabia que yo en esta partida tenia todos los triunfos. Asi que su gallarda estratagema duro un suspiro.
- Seguramente antes de que lograse abrir la boca una certera incisión le cerraría los ojos para siempre. Soy hombre de mundo y he vivido mucho. Tengo un olfato muy fino y huelo cuando un hombre esta metido en algo turbio.Una persona de vuestra clase no se pierde ni se deja caer por estos lugares como por casualidad, estoy seguro de que algún tipo de oscuros negocios le ha llevado hasta aquí. Seria fácil dar cuenta a la autoridad competente de sus manejos e intrigas. Y ahora tiene dos opciones dar justo reconocimiento a mi desinteresada aportación para que sus planes no se vean desbaratados o irse con la bolsa tan limpia que agradecerá quitarle tan pesada carga.
El tipo de mala manera saco su generosa bolsa y araño unas brillantes monedas que rápidamente cambiaron de portador.
-Maldito tramposo,
-Gracias es todo un caballero. No vuelva por aquí. Bueno, si quiere que volvamos a tener una asociación comercial ya sabe donde encontrarme.
Estúpido comerciante. Quien osaría venir con su perfumado cuerpo a esta cloaca sino hubiera oscuros intereses por medio. En fin, extraño mundo este. Creo que me he ganado trasegarme un trago en la "mejor" posada de la ciudad.

Continuara...

viernes, 13 de marzo de 2009

Capitulo 6 " A por todas"

El infeliz ya me veía con la puntilla puesta, arrastrado y afeitado. Pensó que tenia acabada la faena y que cortaría orejas y rabos. Pero mala perra es la fortuna. Porque baje la vista y aquella estocada había pasado entre mi brazo y mi cuerpo. Tan solo fue un rasguño, doloroso, si pero rasguño. Viendo la cara de sorpresa, advertí que era el momento. Cogí la piedra y le di con toda mi rabia en su carota. Echándose hacia atrás su magro cuerpo, algunos dientes perdidos sin dueño saltaron en dirección contraria acompañados de una espesa marea roja. Pensé en que no debería obviar una desinteresada visita a alguna santo lugar para dar las gracias si salia de este brete. Pero aun no estaba el duelo acabado y la bestia de rostro tumefacto y cara sanguineolenta. Reanudo el combate como si lo llevasen mil demonios. Un espiral arrollador de letales zarpazos fueron hacia mi, haciendome perder la compostura y retrasando mi posición. De pronto para mi sorpresa quedo parado y empezó andar de espaldas alejándose unos metros de mi. Quedando yo como un pasmarote y mirándome, no pudo que menos echarse una feliz sonrisa. La cual quedo desdibujada a causa de los daños sufridos en su faz. Echose la mano a la espalda y con una rapidez inusitada saco un pistolon que me miraba de forma amenazante.
-Ya ves no eres el único que tiene trucos en la manga.- digo triunfante.
Sentí que la saliva no pasaba por mi garganta y un sudor frío envolvía mi cuerpo. Y de pronto ocurrió. Esos milagros del destino. Ese juego magistral que da lugar a la genialidad o quizás al instinto de supervivencia. La jugada de Dios. En ese estado entre la vida o la muerte. Tire mi espada con toda la furia de un poseso perdido viéndose en la puertas de Infierno. Y ella como salvadora de muchas de mis vidas, como un ser con entidad propia anido dentro de la fogosa arma a la vez que el pistolero accionaba el gatillo. El arma exploto en sus propias narices a la vez que mi amiga volvía a mis brazos como añorando mi cálida mano. Mire al desahucidado caído. Aturdido en su cerebro intentaba poner orden y componer el rompecabezas que ahora sacudía su mente. No lograba entender que había pasado. Porque era el perdedor y yo me erigía como si fue el campeón inmaculado de una tarde en un circo romano. Lo ignore, para mi era parte del pasado. Ahora tenia otro asunto pendiente, un asunto que permanecia encogido y temeroso. Era la hora de recibir mi premio.

Continuara...

jueves, 5 de marzo de 2009

Capitulo 5 " Perder para ganar"

Sirva como aperitivo la sonrisa osezna que alumbraba su feo rostro. Dandome a entender a las claras que no me lo iba a poner fácil. Nada, nada fácil. Como vuesas mercedes saben en el amor y en la guerra todo vale. Y en mi caso no suelo ser un jugador limpio. No es tarea baladí cuando tu vida va en ello. Tome la decisión de ir a por mi capa. Mejor hubiera sido poner los pies en polvorosa, pero seria retrasar lo inevitable. El mastodonte tuvo la bondad de indicarme que aquello no serviría de nada que de trampas y trucos estaba ya resarcido. El infeliz trago el cebo. En el momento que oía su perorata y me agachaba para recoger mi capa, tome una piedra de singular tamaño que hacia largo rato había visto y la escondí en mi cinto. Deje la capa en el suelo y me volví, advirtiéndole que era una tipo sagaz y que tenia razón. Los engaños para el eran absurdos, no así como para los patanes que le habían flanqueado y que yacían en el suelo con su justo recibo.
Tu tomabas muchas gachas de niño, ¿verdad, rufián?.-dije para distraer su atención.
No, tomaba niños y ahora hombres.-dijo con su voz cavernosa.
Nos miramos frente a frente y de mil maneras nos medimos para saber cual era nuestros puntos débiles. Sin previo aviso un silbido cruzo el aire. Por suerte mi instinto curtido en mil lances salto como un resorte deteniendo el envite. Detrás de cual vinieron otros tantos. Y ambos nos dimos cuenta que nuestra experiencia era muy igualada. Dos perros viejos nos habíamos cruzado en el mismo camino. El cantarín tedioso siguió sin que se decantase por ninguna parte. Hasta que sin saber de donde vino, mal rayo me parta cada que vez que lo recuerdo. Un caliente dolor se pronuncio en mi costado y en se momento vi el largo dedo de la muerte
Continuara...

domingo, 1 de marzo de 2009

Capitulo 4 " Tres menos dos"

Buaaahh.- Permitid que bosteze porque esta parte me da sopor fue tan insípida la lucha con los dos primeros legos que no puedo que menos que aburrirme con su explicacion. Seguro que los bastardos que engendraron estos inútiles son mejores luchadores que ellos, bueno espero que no tanto como yo. No quisiera en un futuro lejano tener que plantarles cara y se aprovechasen de mis carnes arrugadas, mis músculos fofos y esa barriga auspiciada en tabernas y fondas de extinguida fama. Pero vayamos al asunto. Como os decia el tipo choco su espada con la mía. Eche hacia atras para dejar espacio entre los dos. Su acero silbo a la altura de mi pecho pero no sirvió porque se encontró con mis razones. Subí mi arma hacia el cielo y el filo silbo graciosamente sobre su sombrero dejando al aire una cabeza despeluchada por cuatros inservibles pelos que le servían de bien poco. Bailamos de un lado para otro al compás de la misma música. Tome mi capa y suavemente la fui soltando hasta que el tarugo se avino hacia mi. Seguramente todavía esta pensando como se hizo de noche tan rápido en ese claro día. Paso de largo ignorandome con mi prenda puesta y no menos que ante tal descortesía le obsequie con una sonora patada en sus posaderas que le sirvió para coger mas velocidad y estrellarse de cabeza contra una columna quedando sin sentido.

Después vino el otro y enfilo con dos espadones hacia a mi. Que menos que me puse de rodillas y apoye mis manos sobre la empuñadura de mi espada como orando. Me santigue y el "héroe" se me acerco al punto de darme la puntilla final. Momento que aproveche cuando estaba listo para asignarme un tajo digno de un carnicero y tan estupido que bajo su guardia. Que menos que darle una dolorosa bienvenida en la rodilla. Acabo desinflándose en el suelo como un globo.

Pero quedaba el tercero y este no era un mentecato como los otros. Hacia rato que lo observaba con el rabillo del ojo. Veía como calentaba su descomunal cuerpo con estiramientos mientras realizaba distintas acrobacias con su acero y se notaba que era un hombre curtido, astuto y peligroso. El cabecilla de negra prenda, tenia la ropa desgastada y sucia. Pero se percibía que habían sido paños y encajes de personaje de alta alcurnia. Arrullado por milicias y castrenses compañias. No menos podía pensar que todos tenemos un mal día. Un mal día que se acorta para siempre. Solo había que saber para quien de los dos seria.

Continuara...

Capitulo 3 "Empezando la leccion"

Habéis visto a tres patos en acción? Pues eso es lo que pensé cuando aquellos aprendices de nada sacaron sus digamos por llamarlo de alguna manera espadas. Melladas y oxidadas. Lo que denotaba que hacia largo tiempo que habían pasado sus momentos de esplendor si algun dia lo tuvieron. Eso no quita que el peligro existía. Por ejemplo de sufrir alguna infección por la herrumbre de sus filos mas que por la destreza de sus dueños.
Naturalmente tengo mis momentos de debilidad y puedo ser un tipo bastante afable e incluso llamesmolo caritativo repartiendo lecciones de mi inagotable saber en el arte de la espada y su manejo. Y en eso me dedique en explicarles, claro esta que entiendo que no era el momento adecuado. Pero soy así. Es una manía que tengo no puedo dejar de hablar mientras descargas fintas y estocadas. Lo que también hace que mis contrarios se desesperen y empiecen a soltar gritos y exabruptos como si les estuvieran desollando en vivo. Arremetió uno de ellos pero mas parecía que salia a la carrera en trompicones intentando ensartar un ser imaginario.
-Esa guardia, esa guardia. Vigila tu izquierda. No, no. Mal, intenta lo de nuevo.-le comentaba al tipo.

Quería al menos un duelo decente. Tengo una reputación que mantener y quiero que piensen que no me bato con cualquiera. Aun así parecía que el cuerpo iba por un lado y su mano era totalmente independiente de su cerebro.
Apenas me molesto aquel aprendiz. Cuando entro su ayudante dibujando ignotas formas en el aire.
-Esos pies, esos pies. Tiene que ser como si bailaras con una marquesa. Destreza y habilidad. Aunque en tu caso seguro que eras algun pisauvas. Esperemos sacar algo de ti.-le comente mientras agregaba a su ya feo rostro una hermosa muesca carmesí. Desconozco la razón porque lo que no acepto mi obsequio y entrega. Acaso no sabe que todo aprendizaje conlleva sacrificio y dolor.

Continuara...

Capitulo 2 " Entrando en accion"

Me acerque a esos desarrapados. Fue fácil descubrir lo que eran por su maneras altaneras y pagadas de si mismos. Envueltos en sus ropas que denotaban muchos días de tabernas grasientas y noches al raso en deplorables condiciones.
- Buenos días, tengan vuesas mercedes.- dije con todo la educacion que mi señor padre me intento inculcar, la cual no fue mucha. A la vez que con una bella floritura hacia una reverencia con mi ajado sombrero.

Uno de ellos bizco como el solo me miraba como intentando adivinar de que antro había salido. Y no le faltaba razón estábamos en un punto del mundo donde nadie se interesaba por los manejos ajenos ya que solían ser a todas luces de fraudulentas intenciones.

- Buenas les de Dios a usted. Pero creo que se ha equivocado de fiesta.
Mientras el pobre comerciante me miraba con los ojos tan abiertos como lo de un pichón intentado descifrar a que carta estaba jugando. Casi podía oír su cerebro. Alarmado si yo era un salvador o era otro vaciabolsas que entraba en escena compinchado con esos truhanes. No dude en despejar sus dudas en el mismo instante.

-Amigo, para mi seria muy insultante ser desvalijado por esta panda de bujarrones.
Casi acabada mi disertacion sobre su situacion podia oir correr las espadas de sus fundas. Bello momento donde la sangre se acelera y hace que la vida merezca ser vivida. Claro que solo para el ganador. Aunque creo que a ciencia cierta un dia acabare escupiendo sangre, con la mirada vidriosa y un agujero mas en mi castigado cuerpo. Pero hasta que ese dia llegue mi brazo no temblara en dar justa satisfaccion a mi adrenalina.

Continuara...

Capitulo 1 " Primera sangre"

"Soy el que soy, no lo voy a negar... Harto de la vida, de la guerra, del amor y las borracheras. Harto de la hipocresia y la burguesía. Soy como una flor que la vida deshoja y quedo como una bolsa reseca, un pellejo vacio. Sin embargo a partir de ahí sufrí la metamorfosis. Eliminadas las capas de la racional existencia. Me deshice de el disfraz que encorsetaba y tome de la vida todo lo que me daba. Lo que me gustaba y necesitaba. No tengo patrón, ni dueño, ni amo que lleve el rumbo de mi patética deambular por este palacio de miserias. Donde otros ven un problema o un desagravio yo veo una oportunidad de llenar mi bolsa. Sin conciencia, ni moral solo me guió por el capricho de mis sentidos".

- ¡Socorro, socorro! No hay una alma caritativa que me ayude.

Mire a mi alrededor buscando aquella angustiada voz que me saco de mis elaboradas ensoñaciones. Lo cual resultaba absurdo. ¿Quien pedía ayuda en el barrio mas pobre y deprimido de la ciudad? Lugar en el que solo habitaban ladrones, rameras y gente de similar calaña.

De pronto lo vi. Un orondo y vistoso comerciante de lujosas y encajadas sedas. Extraño lugar para un pájaro de esta especie. Permanecía acorralado por tres bribones. Era el momento perfecto para hacer mi buena acción del día y porque no, también de llenar mi deprimida bolsa. Mire a los tres pichones, encaje mi cinto y acicale mis bigotes. Me pareció que era el momento de presentar mis respetos a aquellos ignorantes desalmados. Ante todo hay que hacer una gran entrada para apabullar al respetable y mostrar quien es el dueño del corral y así lo hice...

Continuara...