miércoles, 13 de junio de 2012

Capitulo 15 "Desagradable salvación"

Vi aquel súcubo emergiendo del mismo orco apoyando sus manos para impulsarse hacia fuera mientras arrastraba su pesada carga para salir de su atoramiento.


-¿Que hacer? ¿que hacer?- ese era mi pensamiento mientras el reloj vital desgranaba el tiempo. Me acerque hacia la ventana tome impulso clave mi espada, ore todo lo que no sabia y con la energía que me daba la supervivencia quede en el aire amarrado a mi mástil metálico mientras dejaba caer con una fuerte inercia mis piernas sobre la cara de mi inmenso enemigo. Golpeaba su cara, su cabeza y todo lo que asomaba una y otra vez, hasta que mis hinchados pies doloridos por la extrema acción se negaron a seguir. Por un momento la sensacion de victoria quedo prendida en el aire al ver que aquello dejaba de moverse. Pero ladina y necia es la ventura. Una mano de cinco muertes me agarro del tobillo y atrayéndome hacia su cubil iba arrastrándome. Creo que grite mas que una parturienta y llore mas que un recién nacido. Pero no note algodones ni caricias en esto. Arranque mi espada de su sitio y lance golpes y mas golpes contra aquel castillo semi humano.

¡Clong! ¡Clong! ¡Clong!

Pero nada solo un repetido golpeteo metálico avisaba de que allí existía una encarnizada lucha por la vida. Quedaba claro quien era la presa y quien el depredador.

Un olor nauseabundo empezó acariciar mis delicados sentidos. Pensé que en los últimos momentos que me quedaban mi cuerpo manifestaba su estado. Como en muchas batallas, valientes y cobardes en su óbito las calzas se teñían de deposiciones y heces. Pero no era asi, el maldito bocanegra abrió sus fauces como un dragón herido y expelía aquel hedor.

-¡Cogeme la mano!

Bueno, no esta mal. Al menos no moriré solo. Siempre es agradable tener una bella mujer como compañera de penitencia.-pense al oir la voz de Honor.

-Toma, al menos moriremos juntos.-le decía mientras ponía mi cara mas dulce y agradable como un mozuelo ante su desvirgamiento.

-¡Estúpido baladrón y badajuelo! Dame tu... !!!!Ahhhh....

Ante aquel veneno dialéctico le di la mano en el ultimo momento. Un segundo mas y tendría una compañía mas contundente.

Un enorme tirón me arranco de los brazos de mi antagonista que veía como se empequeñecía y se alejaba de mi vista a la vez que un enorme estruendo acaecía.

Honor agarrada a la reja con una mano y con la otra se llevo mi despojo.

Desperté de mi ensimismado estado cuando oí una voz pomposa, engolada, hueca y pedante y me imagine quien seria su emisor. Tan fino, distinguido y refinado como una menina.

-¡Cielo santo, Honorine! Ha estado tan cerca que no sabría como vivir si te hubiese sucedido algo. Debió reparar en mi por el desagrado tono de su voz al emitir las siguientes palabras.

-Veo que llevas a tus mascota de paseo.

Un molesto gruñido interrumpió nuestro duelo bocal. Aquel bruto apenas cabía por el hueco de la ventana pero solo era cuestión de tiempo que saliese. Saco su espada y la emprendió contra la pared que poco a poco iba cediendo ante las inusitadas emprendidas de su dueño.

-Perdone que haya olvidado su nombre, caballero.-me dijo con su hueca voz.-Pero creo que dadas las circunstancias tres en un caballo serian demasiados para huir. Si no le importa la dama y yo adelantamos camino. Y vos solo, seguro que ira mas ligero sin carga y con la rapidez que le dan sus dos pies.

Esta noche tengo una cita con vos en el puerto. A las 12 en la posada de San Martín.

Mientras se alejaba pero no de mi vida me acordaba de su nombre. Como no olvidar a Luis Fernández de Herrera, una espina en mi vida que con el tiempo creo que se había vuelto estaca.

Otro gruñido desprendió mi odio. Me gire y grite:

-¿Que quieres detestable animal? Sal y lucha y si no me marcho. Todos me tenéis harto.

Mientras ponía los pies en polvorosa me mire la mano y me pareció ver que la linea de la vida era mas corta. Garriga, Cancerbero y quien diablos mas estaban centrados en mi persona. Y una sensacion de hollín y polvo reseco mi garganta.

Era el presagio de que esto solo era el principio de la partida. Esta noche tenia una reunión con don Luis que pese a no tenerle en ninguna estima sabia moverse en el estanque donde nadaban la realeza, nobles, políticos y aduladores que vivían al albur de quienes lisonjeaban. Por desgracia yo no era ese tipo de pez. Mi mundo eran las charcas y las ciénagas, lugares donde todos nos conocemos y nos vemos venir. Donde nadie tenia una lengua de acero tejida con adulaciones y halagos que acaban dentro de tus entrañas en forma de faca.

Decidí retirarme a descansar esperando que llegase el anochecer y deseando que lo que iba acontecer no minase mi subsistencia. El día se tornaba oscuro como mi futuro.

Continuara...

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